jueves, 3 de febrero de 2011

Los padres, primeros educadores

Ha terminado la encuesta que pusimos hace unos días en la que preguntábamos si la educación empieza en casa. La respuesta ha sido unánime: estamos de acuerdo en que los padres son los primeros educadores de sus hijos. En la familia no sólo hay proximidad física, al convivir bajo el mismo techo, sino también proximidad biológica, al participar con Dios en la generación de los hijos, y proximidad espiritual al convivir y participar de la intimidad como personas. Con esto podemos concluir que la familia es el mejor ámbito para educar.

Educar significa ayudar a crecer como personas. La educación tiene mucho más que ver con la adquisición de virtudes humanas y su vivencia que con adquirir conocimientos. Corresponde a los padres la transmisión de esos valores y virtudes que donde mejor se aprenden es en la familia, el lugar donde se es querido por el mero hecho de ser. Es en la familia los chicos descubren y viven los valores humanos y muchas veces los cristianos que dan sentido a la vida.

A veces se plantea la cuestión de quiénes son los educadores de los chicos, los profesores o los padres. Ambos tienen campos de actuación distintos y complementarios en la educación de los chavales. Los colegios son complementos educativos de la familia. Su misión es ayudar a los padres en aquellas materias o asignaturas donde éstos no pueden llegar. Los profesores deben compartir con los padres la responsabilidad de educar a los chicos.

Es importante que el matrimonio se siente a hablar de sus hijos, de su proyecto de familia. Los padres debemos aprovechar todos los momentos con nuestros hijos. Debemos decirles lo que pensamos de ellos, lo que sentimos por ellos y escucharles. No debemos frustrarnos cuando no nos salgan las cosas conforme al plan que nosotros habíamos trazado.

Un niño que se siente aceptado como es, se siente valorado. Buscará nuestro apoyo continuamente, tendrá la autoestima correcta, será noble, comunicativo, expresivo, valiente, trabajador, y todo... con mucha alegría.

En lo que se refiere al Club, sin los padres, toda nuestra tarea educativa resultaría prácticamente ineficaz. La asociación sólo completa vuestra tarea. Por eso, contamos totalmente con vosotros, para conseguir metas que por separado serían muy difíciles de conseguir, pero que son posibles aunando fuerzas.

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