Los deportes más refrescantes en la época estival son los que tienen lugar en el agua. No importa cuál sea el nivel de natación, incluso si se sabe nadar o no, ya que puede tener lugar en una piscina pequeña, una olímpica, en mar abierto o río o lago. Se pueden organizar actividades en equipo, todos contra todos o individuales.
Las posibilidades son ilimitadas: desde la natación en todas sus variantes (croll, braza, mariposa, espalda, relevos), pasando por los deportes en equipo como waterpolo o pasarse la pelota, tenis o volleybol dentro del agua, hasta llegar a actividades en contacto con el agua pero con menos exigencias en cuanto a saber nadar, como paseos por la arena donde rompen las olas, o con unas raquetas de tenis.
Hablando de raquetas: el tenis, o sus hermanos el paddle, el ping pong, el squash o el badminton, son unos de los deportes más entretenidos en la época veraniega y cuya práctica requiere un esfuerzo y forma física moderada y muy pocos elementos extras, por lo que no suponen un desembolso importante en materiales.
También con balones y pelotas, los clásicos como el fútbol o el baloncesto permiten entrenar habilidades como la agilidad, el juego en equipo y las tácticas de defensa y ataque, la resistencia, la coordinación. Sus reglas son básicas y podemos adaptarlos a nuestras necesidades numéricas (según los miembros de la familia) y de espacio (en pistas reglamentarias, parques, campo, playa).
Las bicicletas, estrellas del verano, comparten cada vez más protagonismo con otros vehículos y medios con ruedas, como los patinetes, patines en línea y de 4 ruedas y monopatines. A la vez que se ejercita todo el cuerpo, pero especialmente las extremidades inferiores, como también se hace en el senderismo, otra actividad adecuada a todas las edades y con la que también se puede aprovechar para visitar lugares diferentes.

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