miércoles, 25 de julio de 2012

Disfraces y teatro infantil

El teatro es un ejercicio completísimo que desarrolla en los niños su creatividad y les da herramientas para aprender a expresarse mientras juegan con los cuentos y hacen nuevos amigos. En casa pueden pasar una tarde muy divertida interpretando historias. No es necesario que nuestro un niño sea especialmente extrovertido o "teatrero", sólo hace falta ganas de divertirse con nuevas historias y de aprender. Mediante pequeñas obras de teatro los niños aprenden a desarrollar su imaginación, a ser capaces de ponerse en la piel de los demás e interpretar y asimilar los sentimientos y emociones de los demás.
Además, a través del teatro, los niños desarrollan la expresión corporal y verbal. Es una forma muy buena, y divertida, de ejercitar su memoria ya que tienen que aprender pequeños diálogos y saber en qué momento actúan ellos, y los demás. No hace falta ser un profesional del teatro para montar una obra de teatro casera con tus hijos o, simplemente, jugar al teatro. Sólo necesitas la ropa vieja, las pinturas de cara, los disfraces ¡y convierte tu casa en un escenario de teatro!

Un juego muy divertido, que seguro les hará pasar una tarde estupenda, son las historias en movimiento. Los niños eligen un personaje y se disfrazan de ese personaje. Cuando ya están caracterizados empezamos a contar un cuento y ellos lo interpretan a medida que se va desarrollando la historia. Es un juego que les supone un reto, ya que han de improvisar continuamente y, además, coordinarse con sus amigos y hermanos para poder representar lo que está pasando en el cuento.

Además, podemos utilizar la historia para enseñarles a ponerse en el lugar del otro contándoles cuentos en los que aparezcan situaciones que les son próximas, por ejemplo, el protagonista se enfada con su hermano o con su amigo porque no le deja un juguete. Así, los niños, interpretando estas situaciones, aprenden a empatizar con los demás.

Otro juego consiste en darles a nuestros hijos una historia resumida. Podemos contársela o escribirla. Ellos han de leerla y tienen cinco minutos para preparar la obra de teatro, distribuirse los personajes e ¡interpretar! En este juego es muy divertido incluir también anécdotas familiares para interpretar. Por ejemplo, podemos decirles: Tenéis que interpretar el día que fuimos a la playa y nos equivocamos de camino. Es muy gracioso ver a nuestros hijos interpretándonos y es, además, una estupenda manera de revivir situaciones divertidas en familia.

Otra opción es que sean ellos los que interpreten la situación y nosotros tenemos que adivinar qué están interpretando.

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