Sí, en efecto, la vida funciona del mismo modo que nuestros sueños. Cada mañana, todo lo que hemos soñado durante la noche, desaparece. Pero en esta historia se dan dos elementos diferentes: el primero es que lo que aquí se nos regala no es dinero, sino tiempo; y el segundo es que no desaparece cuando despertamos, porque el tiempo es real: un regalo diario que podemos malgastar, disfrutar o perder, pero también hacer rendir en favor de los demás.
El regalo diario que cada mañana aparece en nuestra puerta son 1440 minutos: un tesoro que no siempre sabemos valorar. ¡Piensa bien qué vas a hacer con ellos!

No hay comentarios:
Publicar un comentario