En estos tiempos, en los que se valora tan poco la vida humana (la que aún no ha nacido y la que está en fase terminal) es bonito asistir a este encuentro entre el más viejo y la más joven de nuestro país. Una historia real que une la sabiduría del anciano con la esperanza del recién nacido. Es ciertamente conmovedor, porque… ¿hay algo más bonito, hermoso y sagrado que una vida humana que comienza?
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