El anuncio que os propongo esta semana es una historia preciosa de generosidad. Es la historia de una abuela que vive una vida corriente, sin brillo, y a la que un buen día la suerte le sonríe de modo admirable. Podría vivir al fin sin preocupaciones, pero ella piensa en su hija: “¡La pobre!, con sus hijos revoltosos, con su trabajo en casa y con el otro fuera de casa”. Y sin que nadie se dé cuenta, ni siquiera su hija (esto es lo más bonito), tiene un acto de desprendimiento heroico.
Aunque el contexto de este anuncio es la Navidad, su mensaje es eterno.
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